Un innovador material de construcción ha sido presentado recientemente. Se trata de un cemento natural fabricado en base a bacterias, las que son globalmente abundantes y pueden ser extraídas desde desechos. El proceso de cementación se consigue a temperatura ambiente.
Un ladrillo endurecido requiere menos de 5 días para formarse y es comparable en coste y rendimiento a la mampostería tradicional.
bioMASON, es una compañía dirigida por la arquitecta Ginger Dosier, que se dedica a “cultivar” ladrillos biológicos. “Nos basamos en microorganismos para crear materiales que reemplacen a los utilizados en las construcciones. A diferencia de los que están hechos con arcilla u hormigón, bioMASON se produce sin calor extra y a temperatura ambiente. El resultado son ladrillos con la misma resistencia, similar tiempo de producción y paridad económica”, detalló Dosier.
La importancia de esta iniciativa reciente le valió a la autora un premio estímulo de 500.000 euros en el Green Challenge 2013 para poner en práctica esta iniciativa. ¿A dónde apunta Dosier con su emprendimiento? “Creo que reducir las emisiones y la contaminación es importante, pero creo que nuestra meta debería ser más idílica: una red sostenible que haga uso de la basura que produce en lugar de únicamente generar menos”.
Growing bricks - Ginger Dosier